Los Mercados de Carbono: ¿Amigos o Enemigos de la Justicia Climática?

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El mercado de offsets o créditos de carbono surge como alternativa a la reducción de emisiones de GEI in situ para los países más contaminantes, y como una tentadora fuente de financiamiento para los países en desarrollo. En particular, el uso de los bosques y otros ecosistemas para “compensar” las emisiones de carbono implica, de forma análoga a la noción de canje de deuda por acción ambiental, ponerle un precio a la naturaleza. Para adentrarnos en este problema, entrevistamos a Jonathan Crook, responsable de Política en Carbon Market Watch.


—El gobierno argentino impulsa el canje de deuda por acción climática como mecanismo para aumentar el financiamiento climático ante la falta de cooperación internacional. ¿Los mercados de carbono podrían ser otra oportunidad para reemplazar este financiamiento?

—Los mercados de carbono no deben, bajo ningún punto de vista, reemplazar el financiamiento climático comprometido a nivel internacional. Pueden complementarlo, pero jamás reemplazarlo y, por lo tanto, es riesgoso que se los quiera plantear como un mecanismo de financiamiento. Ambos enfoques coinciden en ponerle un precio a los servicios ecosistémicos, a los ecosistemas.


—¿Cuáles son los riesgos asociados a ponerle un valor a la naturaleza?

—La mercantilización de la naturaleza en el contexto de los mercados de carbono puede ser muy riesgosa y existe un gran debate al respecto. Al ponerle un precio a la naturaleza o a los servicios ecosistémicos —en este caso, a la captura y almacenamiento de carbono— estamos decidiendo cuál es la equivalencia de ese bien con otros y, por ende, ampliando el riesgo de que sea destruido. Además, los mercados de carbono pueden impactar negativamente en la biodiversidad si, por ejemplo, se priorizan los monocultivos forestales y se introducen plantas exóticas. Pero también hay riesgos de desplazamiento de personas y de violaciones a los derechos humanos.


—¿Funciona la compensación de carbono? ¿Quiénes promueven este tipo de mecanismos?

—La lógica de pensar que una tonelada de gases de efecto invernadero (GEI) absorbida es equivalente a una emitida es errónea. Esta puede ser complementaria, pero si la compensación no está acompañada por otras medidas de mitigación, entonces no habrá grandes diferencias: la prioridad debe ser reducir las emisiones. Estos mecanismos de compensación pueden demorar la verdadera acción climática; de hecho, se debería reducir el 90 o 95% de las emisiones antes de pensar en compensaciones.

En la práctica, muchas empresas las usan para presentarse positivamente al decir que son “carbono neutrales”, que están comprometidas con la acción climática y trabajan para reducir su impacto ambiental. Pero si no están reduciendo las emisiones de sus actividades, esa afirmación resulta engañosa.

Ese es el problema con la “carbono neutralidad”: muchas compañías dicen que serán carbono neutrales para 2045 o 2050, pero no dan detalles acerca de cómo planean alcanzar este objetivo y tampoco tienen metas intermedias. Es muy fácil comprometerse a algo a largo plazo sin detalles, porque no se asume ningún tipo de responsabilidad.

De hecho, un estudio de Carbon Market Watch con el New Climate Institute encontró que los planes de carbono neutralidad de 25 de las empresas más grandes a nivel mundial apenas reducirían el 40% de sus emisiones. Algunas solo contabilizan una parte de sus emisiones y excluyen, por ejemplo, las de tipo 3 o las de las cadenas de valor.


—¿Cómo se puede garantizar la integridad de estos compromisos y afirmaciones de “carbono neutralidad”?

—Exigiendo a los gobiernos y los reguladores de publicidad que establezcan reglas estrictas para evitar el greenwashing. Las compañías deberían cambiar por completo la forma en la que hacen marketing con las compensaciones. No debería estar permitido que afirmen que son “carbono neutrales” si su estrategia se basa en la compensación de emisiones, porque esto es engañoso. Deben proporcionarles siempre a los consumidores y a los inversores la imagen completa y establecer objetivos que cubran todas las emisiones dentro de su cadena de valor.


—¿Cuál fue la experiencia con el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kioto, del que la Argentina fue parte? ¿Tuvo impactos positivos en términos ambientales o de emisiones?

—No está demostrado que el MDL haya contribuido a la reducción de emisiones. Uno de los requisitos principales de la compensación de emisiones es que se tenga en cuenta la adicionalidad, es decir, que las emisiones se reduzcan por debajo de las que habría de no haberse concretado el proyecto. Si no es así, no deberían generar créditos de carbono. Sin embargo, un estudio de la Comisión Europea, de 2016, estimó que el 85% de los proyectos del MDL no cumplían con esta condición básica.


—¿Los mecanismos de mercado pueden brindar soluciones para reparar la deuda ecológica y climática reclamada por el Sur Global?

—El mito por el que los países del Norte asumen que los mecanismos de mercado resolverán esta deuda me hace volver al punto de que es imposible que estos reduzcan las emisiones por completo. No es una forma de resolver esta deuda, que es incalculable. Veo grandes riesgos en esta idea de “el mercado puede resolver todo”: las emisiones que pueden ser compensadas son muy limitadas.


Por: Jonathan Crook
Responsable de políticas en Carbon Market Watch.

Fuente; Revista Pulso
Ambiental Nº 18

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