Hasta la fecha, el Ministerio del Medio Ambiente ha reconocido 90 humedales urbanos para su protección a partir de la entrada en vigor de la Ley 21.202. Sin embargo, la demarcación de estos ecosistemas no ha estado exenta de dificultades, al colindar en muchos casos con terrenos de propiedad privada o estatal en los que se emplazan actividades productivas en fases de construcción u operación.
La colisión de derechos es el fundamento de muchas de las reclamaciones interpuestas por el sector privado frente a estas categorías de conservación, en particular proyectos inmobiliarios, quienes argumentan que los polígonos de protección aledaños a sus terrenos limitan el uso de su propiedad y el desarrollo de actividades económicas.
¿La protección de humedales es un obstáculo para el desarrollo productivo y económico?, ¿al optar por una opción, anulamos necesariamente la otra? Muchos pueden plantearse estas interrogantes pero lo cierto es que esta discusión parte de una premisa errada que es enfrentar dos dimensiones muy relevantes para el bienestar de la sociedad en su conjunto, sin contemplar la posibilidad de una convergencia de propósitos.
Esta falsa dicotomía entre conservación y desarrollo se supera cuando abordamos los proyectos de planificación y desarrollo urbano bajo los enfoques de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN). Es necesario una aproximación integral desde el diseño mismo del proyecto, donde se incorpore a la naturaleza como una oportunidad para generar infraestructura resiliente y se concilie la infraestructura con las realidades ambientales y culturales de lugar, asegurando la sostenibilidad ecológica, social y económica de la ciudad.
Desde Fundación Cosmos, a partir de nuestra experiencia como administradores del Santuario de la Naturaleza Humedal Río Maipo, hemos trabajado en una propuesta de modelo de gestión y financiamiento para parques urbanos metropolitanos de humedal para el Banco Interamericano de desarrollo (BID) y con el apoyo de la subsecretaría de desarrollo regional (SUBDERE). Este trabajo permitirá avanzar en mecanismos de coordinación y equidad de inversiones urbanas a nivel metropolitano para maximizar las externalidades positivas que se generan cuando se planifica basado en la Naturaleza.
La lógica del choque suma cero entre “activistas v/s empresarios” o entre “conservación v/s progreso” se derrumba al tener a la naturaleza como punto de partida. Quienes impulsan proyectos de construcción o cambio de uso de suelos en territorios aledaños a humedales urbanos y que abrazan esta perspectiva integral, se nutren de elementos valiosos para desarrollar proyectos que convivan de forma armónica con su entorno, a partir de una visión sistémica de las áreas naturales y de sus vínculos interdependientes con otros ecosistemas y con nosotros mismos como habitantes de dichos territorios.
Por: Diego Urrejola
El Mostrador
20 de Noviembre de 2022
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