En reiteradas ocasiones nos hemos ocupado en estas columnas de la tan creciente como preocupante contaminación de mares y océanos, de la consecuente pérdida de biodiversidad y de los peligrosos efectos sobre la salud humana. El fenómeno de las enormes islas de plástico a la deriva que ocupan más de 700.000 kilómetros cuadrados nos recuerda que unos ocho millones de toneladas de plástico terminan cada año en el océano. Se estima que para 2050 habrá más plástico que peces en los mares.
Aunque para muchas personas pueda parecer que se trata de un problema moderno, la realidad es que el Día Internacional de Limpieza de Playas, que se celebra el tercer sábado de septiembre, nació hace más de 30 años de la mano de la ONG Ocean Conservancy. Con el involucramiento de empresas responsables del cuidado del ambiente, como Reef, miles de personas de 153 países se lanzan a las playas a recoger basura en las costas marinas y de cursos de agua. El objetivo es contribuir a la concientización y al cambio de hábitos para reducir precisamente los volúmenes de contaminación.
Familias enteras, amigos, alumnos, ONG y distintas agrupaciones ponen manos a la obra cada año en esta ciclópea tarea. Descargando una aplicación, cada uno puede dar cuenta de qué tipo y cantidad de residuos recolectó, sumando registros a una base de datos de alcance global de enorme valor.
Precisamente, en conmemoración de esa fecha internacional, el sábado último, miembros de Greenpeace Mar del Plata e Imix Ecoeducación, junto a voluntarios que respondieron a la convocatoria, compartieron otra jornada de limpieza como parte del proyecto Clean Up the World, que lleva adelante en todo el mundo la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En esta edición, los participantes se enfocaron en espacios de la Reserva Natural del Puerto de Mar del Plata, un lugar protegido por su particular variedad de flora y fauna, en el límite norte del complejo de Punta Mogotes. En ese paisaje de humedales, que completa su perímetro con los cercanos establecimientos industriales del puerto, el frente de playas y la Avenida de los Trabajadores, conviven más de 150 especies vegetales distintas y otras 170 de aves, además de una riquísima variedad de mamíferos, reptiles y peces. Se le suma el área protegida correspondiente a las lagunas que están frente a los balnearios del sector.
El paso de los visitantes y la dinámica de vientos dejan por allí desechos y residuos que los voluntarios de esta campaña se encargaron de recolectar para devolver al escenario su imagen de hábitat salvaje.
Durante la última edición, todavía en tiempos de protocolos sanitarios y barbijos obligatorios, los voluntarios de estas y otras organizaciones comprometidas con la problemática ambiental habían completado otra exitosa campaña de limpieza que abarcó desde las playas de avenida Constitución, en el extremo norte marplatense, hasta las costas inmediatas a la terminal marítima.
El tiempo se acaba. Debemos desterrar sin demoras los plásticos de un solo uso y recapacitar sobre nuestros hábitos y comportamientos. Un día es importante, pero no alcanza para recuperar el enorme daño infligido a la naturaleza, que, indefectiblemente, impacta en nuestra salud y en todos los ecosistemas. Pero bastaría con que fuera el principio. No hay planeta B.
LA NACION
22 de Septiembre de 2022
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